ella en mi tiene la felicidad

abandonaste a vanessa,
tus hijos ya son mis hijos,
tenemos los ojos fijos,
en el Dios de la grandeza.
1
la hacias dormir por afuera,
de la casa !oh altanero¡,
recuerdo aquel aguacero,
que se mojaba en la acera,
con sus hijos la sincera,
mujer el amor expresa,
cinco hijos son la pieza,
de su vida a seguir,
la quisiste destruir,
abandonaste a vanessa.
2
ese día aparecí,
a mi cuarto los llevé,
todos los acomodé,
y mi amistad le dí,
sus hijos vieron en mí,
ese padre cual dirijo,
pero fué mi Dios cobijo,
lucharé por sus futuros,
más el pasado le juro,
tus hijos ya son mis hijos.
3
lo que un día desechaste,
por culpa de la bebida,
hoy son la luz de mi vida,
porque nunca los amaste.
tenerla nunca confiaste,
solo fué aquel sufijo,
de una litera un cortijo,
de tela en tu amar,
hoy Dios suele respaldar,
tenemos los ojos fijos.
4
todos vivimos contentos,
acá por el san lorenzo,
a diez años de comienzo,
el pasado fue un viento,
tanto papá yo me siento,
que me dicen y confieza,
en decirme no tropieza,
tus hijos dicen papá,
porque el hogar está
en el Dios de la grandeza.
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poetachebonilla@hotmail.com