me viste y no me diste

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recuerdo que un día llegué,
para pedirte un bocado,
muy vació y delicado,
nada me diste lo sé,
ese día caminé,
por esas calles seguidas,
en todas las avenidas,
pedía y considero,
nunca te pedí dinero,
sino un poco de comida.
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después en aquel asilo,
esperé que me llevaras,
y que miraras mi cara,
arugada como un hilo,
mi vida bajo el filo,
del destino promovida,
aunque mis pocas heridas,
que hoy salen en mi vejez,
tan solo quiero talvez,
un poquito de comida.
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desnudo tu me veías,
tu burla diariamente,
pasaba asi por tu mente,
aun así no me vestías,
sin embargo sonreías,
nunca miraste mi vida,
ni mi alma concevida,
nunca te importó salvar,
yo queria sin tardar,
un platito de comida.
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un día sed YO tenía,
y a tu puerta toqué,
me largaste así sé,
asi vos te divertías,
y caminando seguías,
buscando aquella medida,
mas mi vida sacudida,
por esa gran mezquindad,
pasé; pero en verdad,
quiero un plato de comida.
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che bonilla
EL POETA DEL SEÑOR

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