22 jul 2010

BARTIMEO EL CIEGO


EL CIEGO BARTIMEO



LECTURA DE FONDO
MARCOS 10:46-52



En las Escrituras nos encontramos con muchos casos de ciegos que recibieron la vista gracias a la misericordia de Dios. Y es interesante notar que muchos de ellos (los que están registrados en la Biblia) muestran una fe profunda en las personas, una entrega total a la búsqueda del Señor, y la fe suficiente como para dejarlo todo y seguir a Jesús. Todos estos componentes se encuentran en la historia del Ciego Bartimeo. Podríamos haber tomado otros ejemplos parecidos, pera esta vez centraremos la lectura en Marcos 10:46-52



¿Por qué estudiar a gente que no podía ver, y que luego recibió la vista? Es interesante notar en este estudio como las historias bíblicas están mas cercana a nosotros de lo que nosotros creemos. Es decir, nunca han sido lejanas. Tengamos en mente como un ciego nos enseña a nosotros a ver. Como un ciego, de hace años atrás, nos enseña a como debemos seguir al Salvador y Redentor.



1. LO IMPRESCINDIBLE DE LA FE



La multitud salía de Jericó siguiendo a Jesús, eh iban junto con él sus discípulos. La popularidad de Cristo ya era profunda, seguir a Jesús significaba recibir empujones y pisadas, contar de escuchar sus palabras o, algunos, de ser sanados físicamente.



En este inturtuoso camino, estaba sentado a la orilla del camino un ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo. Otros versículos en los distintos evangelios que se refieren a lo mismo, señalan que habían dos ciegos. Pero la actitud de Bartimeo fue lo que llamo la atención en este texto.



Bartimeo, oyendo que Jesús pasaba por ahí, comenzó a dar voces y a decir "¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mi!". Imaginemos este cuadro: la gente ya pasaba, y Bartimeo escucho que era Jesús, siendo que Jesús ya iba por delante del camino y le separaba multitud de gente. Bartimeo comienza a gritar, desesperado. No tenía a nadie que lo llevase junto a Jesús, por lo tanto rogaba que este último se diera media vuelta y detuviera su caminata para atenderlo. Al ver que esto no ocurría, gritaba con mas fuerza, al punto de romperse sus cuerdas vocales para poder llamar al Salvador. Sus palabras debían pasar por sobre aquella gran multitud de gente, y poder llegar claramente a los oídos de Jesús.



Estos gritos desesperados ya comenzaron a molestar a la gente. Mucho rato llevaba este ciego gritando de manera "loca" para la multitud. Por ello le reprendían, que se callase y detuviera su intento de llamado. Pero mientras el tiempo pasaba, Bartimeo gritaba mucho mas.



Veamos cuan importante es la fe en el cristiano. Si leímos la historia completa aquí ocurrida, Bartimeo recibió una recompensa. Si Bartimeo no hubiera tenido al fe suficiente para gritar lo suficientemente alto, y no detenerse en el intento, su vida no hubiera tenido un cambio. Su fe debía ser lo suficientemente grande para que su voz llegase a Cristo y cruzase la multitud, lo suficientemente grande como para no desistir en el intento aunque otros le decía que se callara.



Bartimeo nos enseña a cómo debe ser nuestra fe, capaz de cruzar multitudes que pueden ser nuestros familiares, nuestro entorno social y hasta nuestro propio pecado para poder encontrar a Jesús. Nuestra vida puede cambiar solamente si tenemos una fe suficientemente grande como para llamar a Jesús.



La fe en el cristiano es algo imprescindible. Esta fe va mas allá de creer que Dios es existe; es creer que en el podemos depositar nuestra vida, tanto lo bueno y lo malo, aunque para Dios no existen las cosas malas en la vida, ya que todo es para servicio y para la gloria de Dios. Pero debemos observar que esta gran fe que nos enseña Bartimeo nace de la necesidad angustiada de buscar al Salvador. ¿Alguien ha buscado de manera angustiante y desesperada al Salvador?



Una vez iban caminando un discípulo con su maestro. El discípulo le pregunta: "¿Cómo puedo encontrar a Dios"? Sin una respuesta inmediata, el maestro lo llevo a un estanque de agua, tomo la cabeza de su discípulo, y la metió en el pozo por unos segundos, suficientes como para que el discípulo se desesperada y sintiera nerviosismos ante el acto. Luego de que el maestro le saco la cabeza del agua, le dijo "Cuando busques al Señor tanto como deseabas el aire, lo encontraras" (Mateo 7:7)



2. JESÚS PODÍA SER HALLADO



A Bartimeo se le presentó una gran oportunidad. Como ciego y abandonado que estaba por su condición(algo muy común en los tiempos de Cristo) no podía entrar a la ciudad y moverse como un ciudadano cualquiera, ni estaba alguien que lo guiara a presentarse frente al Salvador para presentarle su angustia. Bartimeo había escuchado quién era Jesús, y pensaría dentro de su corazón "Cómo desearía encontrarme con el para que me sanara". Bartimeo nunca vio como gente paralítica caminaba o, mas aún, cómo gente veía. Solo lo creía de palabras por gente que se dignaba a hablar con el.



Bartimeo tenia un conocimiento de las escrituras. No señala aquí desde cuando era ciego, pero pueden haber dos cosas que ocurrió: 1) Pudo no haber siempre sido ciego, y lei las Escrituras o 2) Aprendía las ideas religiosas de la época por palabras que escuchaba. Así es como a Bartimeo se le presenta la oportunidad, de que Jesús estaba pasando frente a el, y quizás esa oportunidad no se repetiría.



Como cristianos tenemos solo una oportunidad. Debemos buscarlo mientras pueda ser hallado, como dice Isaias 55:6 "Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto está cercano". Y no estoy hablando solamente que no vamos a encontrar a Jesús cuando estamos en el lecho de nuestra muerte, sino que también me refiero a que no vamos a encontrar a Jesús en el tiempo de la angustia porque estamos alejados de El, y no vamos a tener donde poder dejar nuestra angustia ya que no buscamos al Salvador antes de la tormenta. Cuando estamos en medio de la tribulación, nuestras fuerzas son pocas, y nos damos cuenta que en el tiempo de tranquilidad no recaudamos fe en nuestros corazones para pasar aquellos momentos y nos sentimos vacíos y desolados.



La búsqueda del Señor debe comenzar ahora mismo en nuestras vidas. Una búsqueda diligente trae recompensas. Bartimeo llego a gritar de manera desesperada mostrando su fe, así nosotros debemos desear la fe en Cristo tanto como deseamos el aire y buscadle siempre. Toda búsqueda diligente en Dios trae recompensa, y la principal de ellas es el cuidado a nuestras almas.



3. CAPACES DE DEJARLO TODO



Cuando encontramos al Señor, somos capaces de dejarlo todo por el. Cuando a Bartimeo le informaron de que Jesús le llamaba, me imagino como el, de tanta emoción, se paro y "arrojando su capa" vino a Jesús. Me imagino que Bartimeo, como un ciego alejado de la sociedad, lo único que tenía en su posición era su capa. Esta capa dejo de ser importante para el cuando Jesús lo llamo. Sabía que dejándola nada perdía, y no solamente porque Jesús es mas grande una capa (algo lógico, no?) sino que, en un sentido material también, Bartimeo sabia que al poder ver nuevamente podía tener nuevas cosas y una capa le era insignificante.



Esta capa le era algo totalmente incomodo. Debía ir a Jesús he ir con una capa en medio de una multitud que empuja y aprieta, no era algo recomendable. Además, era ciego, y no podía estar preocupado de preocupar sus propias cosas. No tenia a nadie con quien dejarlo, así que simplemente la arrojo y no le importo que fuera pisado por la multitud que pasaba en medio del camino.



Hay varios ejemplos en las Escrituras de gente que lo dejo todo para seguir a Cristo. Recalcare en esta ocasión el caso de Leví en Lucas 5:27-38, donde Leví fue capaz de dejar su asiento de tributos, y salir siguiendo a Cristo, sin importar lo que estaba dejando atrás. Muy conocido por nosotros es la renuncia que hace Pablo en Filipenses 3:8 cuando dice "Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.".



Cuando llegamos a entrar a la luz de Cristo, no cuesta dejar cosas atrás, entre ellas las mismas cosas materiales y las que no se ven, como es el pecado. No existe persona que no haya dejado todo para seguir a Cristo que no vaya a recibir una recompensa, siendo la mas grande de todas la salvación (Lucas 18:29-30).



Por eso Bartimeo siguió sin problemas a Jesús, ya que había puesto su fe en El y había entrado a su luz. A pesar de que Jesús no le reclamo que le siguiera por haberlo sanado, Bartimeo no dudo en hacerlo. "Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino" Seguir a Cristo no es difícil cuando comprendemos su luz.



CONCLUSIÓN



Un ciego nos ha enseñado a ver. Creo que las Escrituras son tanto para ayer como para hoy, y muchos de nosotros necesitamos seguir este precioso ejemplo que nos da Bartimeo. Nuestra fe debe ir creciendo, y comprender que es algo importante en el seguimiento de Cristo y en el poder extendernos hacia lo que está adelante. Hoy es el día de salvación, búscalo ahora que puede ser hallado, y comprende su amor y entra en su luz.

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